viernes, 14 de septiembre de 2007

Nixon Moreno tiene seis meses esperando respuesta

Ya han pasado seis meses desde que el estudiante Nixon Moreno solicitó asilo político. Aún se encuentra en la Nunciatura Apostólica, a donde llegó luego de permanecer en la clandestinidad por ser acusado de presunta responsabilidad por los disturbios ocurridos en la Universidad de Los Andes y violación de una funcionaria policial en mayo de 2006.

En 2004, el Ministerio Público imputó a Moreno por la presunta comisión de los delitos de conspiración, rebelión civil, ofensa a los jefes de estado, impedimento del ejercicio de derechos políticos, privación ilegítima de libertad y violencia sobre funciones públicas. Todo esto por los hechos ocurridos el 12 de abril de 2002, cuando un grupo de personas solicitó la renuncia del gobernador Florencio Porras.

El dirigente estudiantil aún está a la espera de que el Vaticano le conceda asilo y pueda radicarse en un tercer Estado. Un joven dirigente estudiantil se vio en la obligación de asilarse en la Nunciatura, para escapar a los esbirros del régimen, que le muerden los talones desde que osara levantar la voz contra la prepotencia dictatorial imperante.
Nixon Moreno cumplirá el 13 de septiembre un semestre aislado del mundo tras ser acusado por varios delitos está “refugiado” en la Nunciatura Apostólica de Caracas. Espera por una respuesta a su solicitud de asilo político, pero la Cancillería no se ha pronunciado. Su abogada afirma que tratan de criminalizarlo para que no reciba el beneficio.

En una pantalla de televisión ve reflejado sus ideales. Se identifica con los recientes movimientos estudiantiles, los cuales sólo puede apreciar en un pequeño televisor. Entre tanto se refugia en la lectura. Lee, lee, prácticamente es lo único que hace. Poco o nada le favorece la comodidad del cuarto en el que se encuentra, donde tiene cama, baño privado y un televisor. Nada más. No puede hablar con nadie, excepto con sus abogados y sus “vecinos” dentro de la Nunciatura Apostólica de Caracas, donde entró hace casi seis meses como un refugiado.

Desde que fuera imputado por los delitos de: “homicidio intencional simple, en grado de frustración”, en perjuicio del policía Gerardo Dugarte, de “actos lascivos violentos contra la policía Sofía Aguilar en grado de cómplice necesario” y de “lesiones personales intencionales de carácter leve contra funcionarios policiales”, Nixon Moreno, un líder estudiantil de Mérida, vive en el limbo. Sus abogados aseguran que los hechos sobre los cuales la Fiscalía Segunda de Mérida sustenta sus acusaciones coinciden ―en fecha y hora― con el momento en que Moreno está ingresando al Hospital Universitario de Mérida por un par de perdigonazos que acababa de recibir en el rostro y ofrecía declaraciones a la prensa.

Después que fuera ordenada su captura, por el Tribunal de Control 6 del Estado Mérida, el 2 de junio de 2006, vivió en la clandestinidad durante casi 10 meses, hasta que el 13 de marzo se presentó en la embajada del Vaticano en el país. Allí puede permanecer, por razones humanitarias, hasta que otro país, que no está en escena, acepte recibirlo, pero esta condición está sujeta, además, a que el Gobierno le otorgue un salvoconducto para que pueda abandonar el país. Ya han pasado seis meses. Del salvoconducto nada se sabe. Mientras tanto, Nixon lee y su vida continúa sumida en un refugio, en un vacío diplomático, político y legal.

FUENTE: Noticiero Digital, 7 sep. 2007

No hay comentarios: